@lo.la.fernandez
©2009 Lorena Fernández
Texto para la muestra Ya casi es mañana de Manuel A. Fernández, agosto de 2016.
Ciencia ficción y poesía
Duermo con el cuaderno
y un lápiz en la mano
duermo esperando el porvenir.
Una mínima advertencia
del gato o del hombre a mi lado.
Porque lo imaginamos, es que ahora, el futuro puede ser así.
Siempre muros, siempre pasillos, siempre puertas, y por el otro lado otros muros aún. Antes de llegar a ti, antes de reunirme contigo, no sabes lo que he tenido que atravesar. Y ahora estás allí donde te he conducido, y otra vez te ocultas. Pero estás aquí, en este jardín, al alcance de mi mano, dice X. en El año pasado en Marienbad.
La mímesis se confunde
y una cintura que se afina
transforma un torso en arbusto.
Ficción peligrosa
tal vez, asesina.
Ocurre en el futuro
aunque sólo hay presente
nadie se muere ni crece ni envejece.
Las cosas y las personas son
de una vez y para siempre.
Pero hay algo roto ahí, en el centro de esa idea, algo inicial e irremediablemente roto. Que no se ve, pero se adivina. Que no se soporta pero se alimenta. Tal vez porque no se puede narrar el futuro en futuro. Tal vez porque narrar es una máquina de producir presencia. Entonces había una vez y habrá, pero sobre todo hay.
Una mujer inmortal de cien años
dentro de un cuerpo de cuarenta
tiene el plan terrorista de morir
Estériles, fríos, la arquitectura, la naturaleza, los personajes. Sólo son elementos de una serie entre otros, y por lo tanto reproducibles y reemplazables.
simula unas vacaciones
en la zona de vacaciones
en el umbral cambia
su abrigo por una malla
y frente al mar conoce
a un surfer de dieciocho
y a un surfer de doce
tan posibles como sirenas
Las ambiciones no hacen otra cosa más que sonar amplificadas y en repeat.
se hacen amigos
como se pueden hacer amigos
aquellos que nunca van a ser el otro
y mientras ellos esperan
señales mareas espuma
ella se mete al agua
da unas brazadas
1-2-3
luego flota
1-2-3
y sale
y ellos entran
y ella les dice
que si pueden llegar hasta esa roca
que se levanta teatral y lejana
en la mitad exacta del mar
Pero ya es tarde
ya casi es mañana.
claro responden sonríen
entonces la mujer se sienta
a mirarlos sin detalle
como se mira una postal
le gotea el pelo
sobre el cuerpo salado
1-2-3
y se extiende la sensación
de que por fin no están las cosas
sino tan solo un canal vacío
cancelado el futuro
olvidado el pasado
el presente apenas
la malla mojada
secándose sobre su cuerpo
En algún momento, toda representación abre un espacio bipolar: Visible-Invisible. Comienzo a creer entonces que en la visibilidad de tus espacios operan estos personajes intangibles. No son desdichados pero están condenados, como si hubieran cantado tres veces I want it all and I want it now, y el deseo les hubiera sido concedido. Es probable que ellos no lo sepan, pero estoy segura de que vos sí: la única esperanza que les queda es que un rayón, alguna falla, un poco de barro, altere la perfecta inminencia de su mañana.